El papa Benedicto XVI reconoció oficialmente este domingo a la primera santa australiana, Mary MacKillop, una monja nacida en Melbourne en 1842 que dedicó su vida a trabajar con niños necesitados.
En la ceremonia también fueron canonizadas otras cinco personas, incluyendo al Hermano André -un monje canadiense a quien se le atribuyen varias curas milagrosas- y Stanislaw Soltys, un sacerdote polaco del siglo XV.
La lista la completaron la monja italiana del siglo XIX Giulia Salzano; Camilla Battista da Varano, quien fundó un convento en el siglo XV; y Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, la fundadora española de un convento en el siglo XIX.
Orgullo de Australia
Fue sin embargo la canonización de MacKillop la que concentró la atención.
Miles de australianos viajaron a Roma para asistir a la ceremonia que elevó a la categoría de santa a su compatriota, quien murió en 1909.
MacKillop se enfrentó en su época con la jerarquía eclesial y llegó a ser excomulgada por un breve período, en parte por haber denunciado a un sacerdote por abuso sexual.
EL CAMINO DE LA SANTIDAD
El proceso de canonización sólo puede iniciar cuando ya han transcurrido cinco años desde la muerte del candidato o candidata. Para tomar su decisión, la Iglesia analiza la vida y obra de la persona y busca "evidencia" que confirme su santidad.
Primera etapa: la persona es declarada "sirviente de Dios".
Segunda etapa: la persona es declarada "venerable".
Tercera etapa: beatificación, la persona es declarada "bendita" (require de un milagro atribuído al candidato).
Cuarta etapa: canonización, la persona es declarada "santa" (requiere de la autenticación de otro milagro).
Muchos ahora quieren que MacKillop sea nombrada santa patrona de los niños abusados.
El papa, sin embargo, no hizo mención a esta dimensión de la vida de MacKillop durante su homilía.
Y, para numerosos australianos, la canonización de su compatriota es sobre todo un justo reconocimiento a su compromiso de toda la vida con los más pobres, incluyendo a las poblaciones aborígenes de Australia.
"Ella apoyó a los aborígenes porque siempre creyó en apoyar a los más necesitados", dijo la peregrina Melissa Brickell.
"Peleó por mayor justicia social para los aborígenes, es decir que fue una amiga de los aborígenes desde los primeros días", declaró.
Entre los peregrinos que viajaron a Roma se destacaban cientos de religiosas de la orden que MacKillop ayudó a fundar: las Hermanas de San José del Sagrado Corazón.
"Siempre creímos que Mary era una santa", dijo Moya Campbell, de 65 años, miembro de la orden.
Y el ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Kevin Rudd, tampoco se quiso perder el evento.
Rudd describió a MacKillop como "una extraordinaria mujer australiana".
Celebridad religiosa
LA MADRE CÁNDIDA
Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, también canonizada en la ceremonia del domingo, fue la fundadora de la Congregación de las Hijas de Jesús, que actualmente mantiene presencia en 17 países de los cinco continentes.
De "la Madre Cándida", como se la conoce en España, el papa Benedicto XVI destacó su afán por vivir "sólo para Dios" y su fidelidad a la misión de educar a los más jóvenes. "Contagió a otras Hermanas para seguir a Jesús", dijo el pontífice.
Mary MacKillop fue excomulgada en 1871, pero la Iglesia luego la exoneró y el papa Juan Pablo II la puso en la ruta hacia la santidad al beatificarla en 1995.
Para que una persona sea reconocida como santa, la Iglesia tiene que reconocer oficialmente su participación en dos milagros.
El papa Juan Pablo II reconoció el primero y, el año pasado, Benedicto XVI determinó que una persona había sido curada de cáncer luego de haberle rezado a MacKillop pidiéndole ayuda.
La monja es ahora toda una celebridad en su país de origen, donde se le ha dedicado un musical, estampillas y canciones pop.
Su imagen también fue proyectada en el Puente de la Bahía de Sidney y miles de personas asistieron a una misa especial en la catedral de San Patricio, en Melbourne, para celebrar su canonización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario